viernes, 9 de octubre de 2009

Nuevamente el sol

Baña el barrio, sus casas y sus gentes, y todos se desabrigan en cuerpo y en alma.

Porque el alma en invierno se recluye en un resquicio muy hondo de nuestro ser donde busca abrigo. En primavera sale a vivir o a morir de indiferencia.

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